La malabsorción de la fructosa es una intolerancia alimentaria un poco especial: poca gente entiende realmente cómo funciona y, más importante, sólo el que la sufre puede manejarla. Es cierto que muchos alimentos contienen azúcar de forma natural, pero no por eso tienen un exceso de fructosa y deben eliminarse de la dieta. Además, son muchos los factores que influyen en la capacidad de absorción: la falta de sueño, mucho estrés, una dieta poco saludable, un sistema inmunológico debilitado…Si eres consciente de tus puntos débiles y te cuidas, de vez en cuando podrás darte un capricho como esta pasta boloñesa vegana con soja texturizada.
Como os contaba hace tiempo, esta intolerancia no es irreversible. En algunos casos, la capacidad de nuestro organismo a regenerarse y una buena conducta pueden ser sinónimo de mejora (y de aumento de los alimentos que toleramos). Aún así, este progreso puede no ser constante, lo que se traduce en días buenos y otros no tan buenos, momentos en los que puedes prepararte una salsa de tomate y disfrutarla, y otros en los que tomar un poco de calabacín te siente mal. ¿Mi consejo? Ser paciente, saber entender los mensajes que te manda tu sistema digestivo e ir observando cómo funciona tu cuerpo.
Para mi, ser constante tiene su recompensa: días de felicidad extrema en que mi cuerpo tolera un poquito más la fructosa. En estas ocasiones me preparo recetas que normalmente no me permito y que, aunque pueda parecer ridículo, están catalogadas en mi mente como caprichos. Algo tan sencillo como un plato de pasta boloñesa vegana se convierte en un auténtico manjar.
Y es que la textura de esta receta recuerda la de la auténtica boloñesa. El secreto es la soja texturizada, un gran invento que permite versionar platos clásicos en clave vegetariana. Si bien es cierto que no tiene el mismo sabor que le aportaría la carne, tiene fácil solución: añadir tomates secos en aceite en el sofrito. Si no estás seguro de que tu sistema digestivo pueda procesar este ingrediente, aumenta las especias (mucho orégano, pimienta, cayena…) y añade alcaparras. No se incluyen en la receta original, pero como te decía, solo tú sabes lo que te conviene.
¿Te animas a probar esta pasta boloñesa vegana? Comparte tu versión con el hashtag #TheFussyEaters y cuéntame qué tal te ha salido. ¡Tus comentarios siempre serán bienvenidos!
*Todas las afirmaciones de este post están basadas en mi experiencia personal. No tengo formación en Medicina ni en Nutrición, por lo que si tienes dudas consulta con tu especialista habitual.
Pasta boloñesa vegana con soja texturizada
Ingredientes
- 8 tomates maduros
- 1 cebolla morada
- 3 dientes de ajo
- 3 zanahorias
- 55 gramos de soja texturizada
- 6 tomates secos en aceite
- 2 cs de aceite de los tomates secos
- 275 gr de pasta de maíz sin gluten o la que prefieras
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal rosa del Himalaya
- Orégano seco
- Pimienta negra molida
Elaboración paso a paso
- Corta la cebolla bien pequeña y sofríela en una cazuela con un poco de aceite de oliva. Si ves que empieza a tostarse demasiado añade agua y reduce el fuego. Cocina hasta que esté tierna, más o menos 15-20 minutos.
- Mientras, ralla los tomates para obtener toda la carne y pela y corta las zanahorias bien pequeñas.
- Trocea los ajos bien pequeños y añádelos a la cebolla.
- Cuando la cebolla esté tierna, incorpora primero la zanahoria, remueve, y agrega los tomates rallados. Sala, remueve y deja cocinando a fuego medio. Durante la cocción el agua del tomate debe reducirse hasta tener consistencia de sofrito. El proceso puede durar unos 30-40 minutos, en los que no puedes descuidar la cazuela para que no se queme ni se pegue al fondo.
- Si lo indica en las instrucciones de la soja texturizada, ponla en remojo con agua filtrada. La de la marca Veritas debe hidratarse un mínimo de 30 minutos.
- A 10 minutos de tener el sofrito listo, pon a hervir agua para la pasta. Para ahorrar tiempo y energía, puedes utilizar un calentador. Recuerda que el agua debe estar salada para que la pasta tenga sabor.
Cuando el sofrito esté casi listo, añade los tomates secos en aceite muy picados, casi hechos puré, y remueve. En este punto, si quieres que tenga una textura fina, tritúralo con la ayuda de un turmix o una procesadora.
- Agrega también la soja texturizada y las especias, y cocina 5 minutos más.
- Cuando la pasta esté lista escúrrela y reserva un poco de agua de la cocción.
Vuelca la pasta en la cazuela y añade un poquito de agua que has reservado. Añade también un poco del aceite de los tomates para dar sabor. Mezcla y agrega más o menos líquido en función de la textura que desees. Es mejor empezar con poca cantidad e ir añadiendo.
Notas de la Receta
Esta receta puede congelarse, una vez enfriada completamente. Para tomarla en 2-3 días solo tienes que almacenarla en la nevera en un recipiente hermético.