No se sorprenderá nadie si digo que el primer crumble que probé en mi vida fue en casa de mis padres. Mi madre había encontrado una receta para preparar un postre con fruta que era fácil, que no requería amasado ni complicarse la vida (por una vez) en la cocina. Lo preparó con fresas y lo sirvió caliente, burbujeante, en unos pequeños boles individuales. El color intenso de las fresas, casi convertidas en mermelada, rebosando los bordes de la porcelana, me pareció glorioso. Recordando ese día, después de casi una década de aquella primera vez y aprovechando la fruta de temporada, he preparado mi versión saludable del crumble de frutos rojos.
Créeme si te digo que hay muy pocas recetas tan fáciles de hacer y tan deliciosas a la vez. Y es que solo debes seguir estos sencillos pasos para conseguir un postre sano y rico: cortar la fruta, aliñarla, preparar la costra y hornear tu crumble de frutos rojos. Así de fácil, pero mil veces perfecta. Además, este dulce admite centenares de variaciones, pudiéndose adaptar a las diferentes estaciones del año o a la fruta que tengas más a mano. Incluso aquella que hayas congelado en época de bonanza o que esté a punto de estropearse. Melocotones, peras, nectarinas, ciruelas…¡lo que quieras!
Aprovechando las últimas fresas de montaña que todavía encuentro estos días en el mercado, he preparado esta versión tan campestre. Para complementar el relleno he añadido moras y algunas frambuesas olvidadas en el congelador. Estas frutas son bajas en fructosa, ligeras y con un toque ácido que me hace soñar con los verdes campos ingleses, de donde es originaria esta receta. Para la costra algo simple pero sorprendente: copos de avena, harina de arroz, aceite de coco y miel cruda. Suave, crujiente y sin gluten, lactosa o azúcar refinado.
Después de la acogida que ha tenido en casa (no ha llegado a las 24h de vida), creo que lo propio es compartir esta receta tan fácil, tan buena y tan sana. Sólo espero tener tiempo de comprar un poco de helado la próxima vez que la prepare, ¡antes que desaparezca!
¿Te animas a probarlo? Comparte tu versión con el hashtag #TheFussyEaters y cuéntame qué tal te ha salido. ¡Tus comentarios siempre serán bienvenidos!

Crumble de frutos rojos
Ingredientes
Relleno
- 250 gr de moras
- 130 gr de frambuesas
- 200 gr de fresas de montaña
- 3 cs de harina de almendra o de la harina que prefieras
- 4 cs de miel cruda orgánica si es posible
Costra
- 1 cup de copos de avena gruesos certificados sin gluten
- 1/2 cup de harina de arroz o de la harina que prefieras
- 4 cs de aceite de coco para derretir
- 3 cs de miel cruda orgánica si es posible
- 1/2 cc de canela molida
- Una pizca de sal
Elaboración paso a paso
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Precalienta el horno a 180 grados.
Para el relleno
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Lava la fruta y corta las fresas en cuartos.
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En un bol, mezcla la fruta con la harina de almendras y la miel. Deja reposar para que se mezclen todos los ingredientes con el jugo de las frutas.
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Pasados 5 minutos, coloca la mezcla en un molde redondo de unos 25 cm de diámetro y espárcela para no dejar ningún espacio vacío. No importa si la fruta se ha roto o desecho, sabrá aun mejor una vez horneada.
Para la costra
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En un bol mezcla la avena, la harina, el aceite de coco derretido y la miel. Añade también la canela y la pizca de sal para potenciar el sabor.
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Con las manos, acaba de integrar los ingredientes para que quede una textura pastosa pero no muy húmeda. Cubre el relleno con la mezcla, no te preocupes si no llega a los bordes, no es necesario ocultarlo por completo.
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Hornea entre 50 y 55 minutos o hasta que la costra esté dorada y crujiente y el relleno burbujee.
Notas de la Receta
Sirve el crumble templado, solo o acompañado de helado o yogur. Si no quieres utilizar miel, puedes utilizar sirope de agave o de arce. Así conseguirás una versión vegana de este postre delicioso.
Me han encantado tus recetas, tienes pensado escribir algun libro?
Gracias María, ¡me alegro que te gusten las recetas! Ojalá algún día, sería muy divertido 🙂