Mayo/21: feliz veintitodos, lecturas y amor propio

Parece que mayo empezó en otra vida. A finales de abril pensé “este mes es el momento para que pasen cosas, siento que todo está a punto de empezar”. Como si millones de oportunidades se hubieran estado conteniendo hasta este momento. Y así ha sido. Un mayo de encuentros, quedadas, lecturas, pequeñas escapadas y planes de futuro que cada vez parecen estar más cerca.

Feliz veintitodos para mí

Aun recuerdo la tristeza que sentí cuando cumplí 20 años. Empezaba mi edad adulta con la sensación de no haber aprovechado bien el tiempo, pero sin saber tampoco como arreglarlo. Un sentimiento, el de desconcierto, que he arrastrado conmigo durante buena parte de la década. Hasta el año pasado, cuando celebré mi cumpleaños en pandemia, percibía este día como un mero recordatorio de nuestra propia fecha de caducidad.

No sé el motivo, y quizás no exista solo uno. Puede que sea el cambio en la percepción de mí misma, las experiencias vitales de los últimos meses, la voluntad de tomarme la vida de una forma más optimista, la intención de ser más tolerante… Pero la verdad es que este año, el último de mis veinte, lo he celebrado contenta y tranquila. En la playa, en petit comité, con un Carrot Cake de chocolate y con mucho miedo de soplar las primeras velas post-Covid. En parte el virus, pero también porque no tenía claro qué deseo pedir: no podía elegir un solo proyecto de entre todos los que quiero que se hagan realidad.

Para ese día solo había puesto una condición: ver el mar al despertar. Y, a pesar del Covid, nos escapamos a Sant Vicenç de Montalt para pasar el fin de semana. Aprovechamos para visitar Sant Pol de Mar, leer en la playa y darnos el primer baño del año. Comimos con la familia (solo los cinco más cercanos) en el Jardi del Vellard, nuestro restaurante favorito en el pueblo, y soplé las velas con el mar de fondo.

Un Bovary de mayo en casa y sin mascarillas

A mediado de mes celebramos el Club Bovary de mayo. Con algo de retraso, porque muchas habían dejado el libro olvidado y a otras ya se nos había borrado de la memoria la historia de “Días Apasionantes“. Pero nos reunimos en mi azotea, alrededor de un palé reconvertido en mesa y sentadas en un montón de cojines y toallas viejas. Fue el primer Bovary, después de casi un año, en el que pudimos quitarnos las mascarillas, vernos las caras y tomar vino y cerveza mientras charlábamos del libro de Naoise Dolan.

En realidad, terminé el libro del Club Bovary de mayo con un mes de antelación. La historia de Ava, una expat irlandesa viviendo en Hong Kong, me dejó un sabor agridulce, pero fue un buen motor para las siguientes lecturas. Las cogí con ganas, ansiosa por leer un relato interesante, diferente, con el que por fin pudiese conectar. Y quizás por eso mayo ha sido un más tan fructífero en cuanto a lecturas.

Infinidad de lecturas y géneros

Empecé el mes leyendo “A la recerca de la felicitat“, una historia de amor ambientada en Nueva York en los años cuarenta y cincuenta en la que el destino tiene un papel fundamental. Fue un regalo de la Editorial Univers que recibí con muchísima ilusión. El motivo es que ha sido mi primera colaboración en Instagram para el lanzamiento de un nuevo título. A pesar de ser un relato de 620 páginas, el libro de Douglas Kennedy está lleno de acción y cambios, por lo que al terminarlo me apetecía algo más reposado y reflexivo.

Y empecé la historia de Laura Ferrero en “Qué vas a hacer con el resto de tu vida“. Una narración que me captivó, en la que me vi reflejada en muchos momentos y que me revolvió por dentro. Entendí por qué todo el mundo hablaba maravillas de esta autora barcelonesa. Para seguir con la buena racha, comencé a leer “La mitad evanescente“ de Brit Bennett, considerada la heredera de Toni Morrison en la literatura americana. Una historia de raza, discriminación, justicia social y amor diverso que tuvo enganchada desde la primera página.

Para cerrar el mes, aproveché para sumergirme en la sencillez de “Nosaltres en la nit“ de Kent Haruf, un autor que mi amiga Esther no ha dejado de recomendarme desde el día que nos conocimos. Aunque no me sentí del todo cómoda con su lenguaje llano y su simplicidad a la hora de transmitir emociones, fue un relato corto y ameno. Y ahora que he leído el libro, creo que me aventuraré a ver la película de Netflix.

Las nuevas librerías de mayo

Pero lo mejor este mes fue visitar por primera vez a El Noa Noa, una pequeña cafetería de especialidad con una selección de libros y revistas independientes ubicada en el barrio de Gràcia. En nuestra escapada al Maresme, nos aceramos a Dòria Llibres para comprar el nuevo Bovary de junio: “Klara y el Sol”, de Ishiguro. Pero además encontramos una selección de vinilos y una edición preciosa de “Un cuarto propio”, de Virginia Woolf.

La autoconfianza: atreverse a hacer algo nuevo

Con los años he aprendido a perder la vergüenza y a lanzarme en los proyectos que me apetece hacer, sin pensar en qué dirán o cómo me percibirán el resto. Por desgracia, durante toda mi adolescencia y parte de mis primeros años como adulta, estuve muy condicionada por la opinión de los que me rodeaban. Esta presión hizo que tomara decisiones con el objetivo de satisfacer a los demás y siempre con un punto de vista práctico, dejando de lado aquello que me apetecía hacer de verdad.

Pero este mes ha sido una prueba del cambio de actitud que vengo trabajando en este último año. Como ya decía al principio, mayo iba a ser un mes en el que pasaran cosas: empecé un máster en Project Management en IED, focalicé en mi curso de Sustainable Fashion en la Copenhagen Business School; asistía a un curso de cerámica en el taller de Recrea; y dejé que Joan me tomase fotos en els Jardins del Teatre Grec con mi vestido favorito.

Me repito una y otra vez que debo pensar en mí, en aquello que quiero hacer, en encontrar una ocupación que me haga saltar de la cama cada mañana. Pero también en dejarme llevar y tener la mente abierta para aprender de todas estas situaciones. Siento que este nuevo enfoque me permite ser más empática, más sincera e identificar con más claridad qué siento para expresarlo con más precisión y de forma más asertiva.

La regla de oro de los 3 minutos

Es por ello que cada vez soy menos tolerante con las opiniones sobre mi físico, mi carrera profesional o mi situación personal. Opiniones no solicitadas como “has engordado, se te ve mejor”, “este corte de pelo te favorece, tienes un aspecto más amable” o “estar en el paro no es un issue, tú tómate tu tiempo y disfruta”. A pesar de entender que las personas detrás de estas afirmaciones tenían buenas intenciones, mi mente está empezando a poner barreras para no dejar que me afecten.

A menudo no somos conscientes del impacto que puede tener un simple comentario en la persona que lo recibe. Poco a poco estoy dándome cuenta de cómo afecta a la autoestima y a la seguridad de uno mismo. Por eso estoy empezando a practicar una norma muy sencilla: no comentar nada de los demás que se pueda cambiar en 3 minutos. Y, en consecuencia, he decidido que tampoco aceptaré comentarios que no sigan esta idea.

Mayo siempre es un mes mágico, y este no ha sido para menos. Espero en junio seguir recogiendo los frutos de todo lo que he ido trabajando y empezar a materializar algunos de mis proyectos. Nadar en la playa, tomar el sol, probar nuevas recetar veraniegas y disfrutar de los amigos en la sombra de alguna terraza de Gràcia. Y dar la bienvenida al tan temido verano barcelonés.

Aina,